miércoles, 27 de agosto de 2008

FRONTERAS

Rusia, Georgia, Osetia, Abjasia, Kosovo... podemos continuar con una lista de nombres de países constituidos según lo que se llama la legalidad internacional o simplemente reconocidos por otro país. ¿Pero qué es un país? ¿Las personas concretas que han muerto en los enfrentamientos? Desde los primeros tiempos se han puesto cercas en las tierras para decir que esta charca es mía, o esta huerta es mía, o esta influencia territorial es mía, no tuya. Y los más fuertes han matado a los más débiles para asegurarse el control de un territorio, los intereeses económicos, la influencia cultural... También mueren en el mar quienes desean pasar fronteras sin que se abra la barrera. Y hablamos en los colegios con los niños y las niñas de compartir, de acoger, de festejar la vida y no la muerte. ¡Qué gran mentira es la palabra frontera! Sigue siendo la cerca que ponen las personas o los grupos más fuertes en el territorio que controlan. No hay más.

martes, 19 de agosto de 2008

LIBERTAD

Las leyes de la naturaleza son las leyes de la necesidad. Los objetos evolucionan conforme a unas leyes físicas en las que no entra en juego la libertad. Pero la persona, que es fruto de la evolución, ha salido del ciclo de la necesidad y ha entrado en el de la libertad. La ciencia tiene bastantes posibilidades de descubrir algunos de los mecanismos impuestos por la necesidad a la evolución de los objetos. Aún así tiene sus límites. El reino de la libertad humano requiere unas ciencias de la libertad, unas ciencias del espíritu para ayudarnos a entender por qué en unos momentos respondemos de una manera determinada, por qué en otros momentos lo hacemos de manera diferente, por qué nos hacemos mutuamente tanto daño, en nombre de la libertad.

lunes, 4 de agosto de 2008

POESIA

Es un respirar con el corazón sobre los pies del sentimiento y la lucidez de la tierra que pone los ojos en el firmamento para situarse con clarividencia. Así emergen los sueños, las paradojas, las alucinaciones, las expresiones que hablan de lo que no se puede hablar y desvelan el misterio o, al menos, se sientan a su puerta para escuchar el eco de sus ondas expansivas. Así desaparecen el yo y el mundo, no porque se desinteresan de las personas, sino porque se desvelan para radiografiar la profundidad de lo que es, de las presencias, de lo que de verdad importa, para deslizarse sobre las aguas inquietas del pensamiento-sentimiento en una polifonía de colores, sonidos, ayes y suspiros. Así es posible encontrarse en la antesala de lo que se va a escribir, aunque eso no quiere decir que de verdad se escriba, con mayúsculas, quiero decir.