jueves, 9 de julio de 2009

LA TERNURA

Nada hay más importante en la vida que la ternura y, sin embargo, nos empeñamos en cortar las alas de la hoja que cae del árbol cuando ha decidido alfombrar la tierra y alimentar el humus que la renueva, nos alejamos de la flor que está brotando con esos pétalos encendidos en pura vida y belleza, nos encerramos en la soledad cuando unos ojos nos están diciendo acércate y unas manos se abren a nuestrolado, nos ocultamos de la luz en cuanto unos rayos encendidos con un color difrerente al que nos gustaría haber diseñado, nos escondemos de los caminos alfombrados porque pensamos que su trazado será demasiado cómodo y nos gustan más trillados, alejamos a los niños y niñas recién nacidos de nuestros proyectos de vida como si la tersura de sus latidos nos molestasen o la simple sonrisa al sentir cerca a la madre nos recordase que la vida es algo diferente a lo que hemos pensado, y así avanzamos a tientas en la oscuridad, golpeando con nuestros nudillos a todo lo que nos ayuda a vivir porque en el fondo no sabemos que la felicidad comienza en un abrazo y sigue abriendo su camino con besos llenos de cariño.

martes, 7 de julio de 2009

MANIQUEISMO VIVO

Siempre se me había ocurrido pensar que el camino hacia la trascendencia es el camino del amor. Lo he entendido de esa manera después de leer el evangelio cristiano. En todas las grandes religiones la máxima de "no matar" es habitual. Y no es buen creyente quien lo hace. También es verdad que se ha realizado una utilización perversa de la religión y a veces se ha incitado a matar en nombre de una religión. Algunas personas no creyentes señalan con el dedo esa espita en el ojo de las religiones, y lo hacen con datos, pero también hay otros muchos datos en los que se ve que se ha alentado la diferencia entre religiones para lanzar a unas sociedades contra otras cuando lo que menos importaba era la religión, sino otros intereses de poder. Sigo pensando que el camino del amor es el camino que da acceso a la trascendencia o, por lo menos, sitúa a quienes lo transitan en la frontera del encuentro, llamando a las puertas, con la sonrisa en el alma. Pero se me ocurre ahora que hay muchas personas que buscan el acceso a la trascendencia desde la violencia. Y lo digo afirmando que es también un camino perverso, pero queriendo tener la vida de otra persona en las propias manos, incluso arriesgándose a morir matanto, despreciar los derechos humanos, matar por matar, es llegar hasta los límites, llamar a la trascendencia llenando el mundo de sangre. Camino que alimenta el concepto de un Dios vengativo, de un Dios del mal que supera al Dios bueno. Dualismo, al fin y al cabo. Maniqueismo vivo y actual. ¡Qué Dios más pobre! ¡Pobre Dios! Aun así hay quien sigue creyendo en el Dios del amor, en el Dios que dice: "Vuestra fuerza está en vuestra debilidad"