domingo, 17 de enero de 2010

SUFRIMIENTO

Hay quien dice que hemos venido a esta vida a sufrir. Las experiencias de sufrimiento son tan enormes en algunas personas que no tienen más remedio que pensar así. Las noticias que estos días nos encontramos en todos los meduis de comunicación sobre la catástrofe de Haití confirmar que esa población, maltratada por la pobreza y por las fuerzas de la naturaleza, no tiene ojos de felicidad. Se ve a simple vista.
El problema está en que las causas de la pobreza y la miseria tienen relación con una historia, con un proceso vivido anteriormente en el que unas personas han sido maltratadas por otras, la esclavitud, la explotación... Y hoy tenemos recursos para saber que las fuerzas de la naturaleza actúan en determinados lugares de forma relativamente predecible porque hay placas tectónicas y las edificaciones se pueden realizar teniendo en cuenta estos datos. Pero allí donde hay pobreza esto es imposible.
Nos duele sobre todo el daño que nos hacen otras personas, las ausencias, las injusticias, las soledades, las persecuciones. Hemos venido a la vida para ser felices, y ese camino a la felicidad tiene mucho que ver con la justicia, con el amor, con la construcción de un mundo mejor, porque ni siquiera el consumo nos alivia del sufrimiento. Más aún, el índice de suicidios y depresiones se es alto en sociedades muy desarrolladas. Cambiar por dentro y por fuera nos enfila hacia la felicidad y nos aleja del sufrimiento.