sábado, 19 de diciembre de 2015

HAY LUZ

No sé quién huye de la navidad. Quizá una infancia con rotos en el alma, o con reflejos de un sol poco auténtico. No huyo. Pero tampoco me emociono. El calor de quienes están es grande, pero siempre quedan resquicios para enfriarse algo con quienes no están, o no están tan cerca como uno desearía. Y si el frío se posa en el mapa veo rostros congelados por la guerra y por el hambre. No. La luz vuelve, y se hará más grande con el aliento del misterio, allí donde están las raíces de la vida. Los balbuceos de ternura en un niño donde se abre la historia todavía urgen a la luz de Dios. Hay que calentar el mapa.